viernes, 25 de julio de 2014

I Travesía de la Sardina 2014 (Sestao - Santurtzi)

El pasado 12 de Julio tuve mi primera experiencia con la natación en aguas abiertas. Después de varias pruebas corriendo tenía muchas ganas de probarme en un medio distinto y encontré ésta que me iba como anillo al dedo; una distancia asequible, cerca de casa y a priori un recorrido sencillo.


En esta primera edición de la Travesía de la Sardina se podía escoger entre tres distancias: 700, 3000 y 11500 m. Yo participé en la intermedia, la de 3000; que iba desde Sestao a Santurtzi siguiendo el curso de la ría y pasando bajo el puente colgante de Portugalete.

Como ya os he contado, llevaba algo menos de un año nadando en la piscina y aunque en un principio la distancia no parecía excesiva, nunca había nadado en aguas abiertas, y las corrientes, las olas y el agua salada serían algo totalmente nuevo para mí. Al menos pude entrenar en piscina exterior las últimas semanas y así habituarme al agua fría, algo que después me ayudó bastante.

La carrera empezaba a las 17:30, así que decidimos ir a Sestao por la mañana y comer allí. La idea inicial era comer algo ligero y con un buen aporte de hidratos, por lo que fuimos a un italiano con intención de tomar algo de pasta, pero finalmente sucumbí y terminé comiendo una pizza, que por cierto, estaba tremenda. Sé que no era lo más adecuado, pero tampoco me sentó mal durante la prueba.

A las 15:30 abrían la recogida del chip y la bolsa, así que fuimos hasta la zona de salida a por ellos y dimos un paseo para echar un vistazo al recorrido de la carrera y tomar algunas referencias visuales. Teníamos que estar en el pantalán media hora antes de la salida ya cambiados, ya que nos iban a dar una charla sobre el recorrido y las normas, y después de darnos vaselina y calentar un poco nos fuimos metiendo en el agua.


CARRERA

El agua estaba bastante fría, pero estaba demasiado concentrado intentando no enredarme con todas las bolsas y la basura que flotaba en la orilla de la ría mientras se metían al agua el resto de los participantes.

Tras unos minutos de espera nos dieron la salida. Aunque me había colocado de los últimos no pude evitar recibir algunos golpes, y hasta pasados unos metros fue imposible encontrar un hueco para nadar a gusto.



El primer kilómetro me costó bastante nadar cómodo. Había muchas olas y el agua estaba demasiado turbia como para intentar ver algo; incluso me costaba seguir al compañero que llevaba delante. No estaba acostumbrado a mirar al frente para ver por donde nadaba y el gesto para respirar era muy forzado. No fue casi hasta el puente colgante cuando empecé a sentirme mejor y a nadar menos tenso, y a partir de ahí empecé a disfrutar de verdad. Hasta el final fui adelantando a bastantes nadadores y cada vez iba recuperando más las sensaciones y velocidad de los entrenos en la piscina. Al ser mi primera travesía no me había marcado un tiempo objetivo y terminé una hora y tres minutos, bastante lastrado por ese tramo inicial, pero igualmente satisfecho por lo aprendido.

Cuando llegué a meta estaba convencido de que podía haber nadado otro par de km y habría seguido progresando, pero como primera experiencia fue increíble y ya estoy deseando repetir.

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